Tango
Un sueño en blanco, negro y rojo
que perseguía la estela de fuego que arrojaban tus tacones
al compás de dos por cuatro
solemnes movimientos clamaban silencio
dos almas que quedaron unidas para siempre
después del cortejo al son de tango
que bailamos en cualquier calle de mar de plata
soñando en blanco, negro y rojo
Fue por una cabeza, al sur
Piazzola y Gardel nuestros testigos
de esta la que sería ceremonia entre dos extraños
cuyas vidas cruelmente distanciaron los años
Fue tan distinto nuestro amor
después de terminar aquella canción
angustiado por saber que murió ya la ilusión
de una historia de tres minutos llenos de pasión
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