12 septiembre 2006

Historia sin final feliz

Estaba siendo una tarde aburrida, intentaba concentrarme en mi trabajo pero mil cosas distraian mi mente cuando escuché el sonido de correo nuevo en outlook, el asunto era "Historia sin final feliz". Mi amiga, socia y colega Del, me escribía desde su cuartel general.
Ayer mantuvimos una de nuestras conversaciones sobre los imposibles y la atracción que nos despiertan, de como exageramos los sentimientos a veces con algún fin por descubrir y de otras tantas cosas. Antes de terminar me dijo que me tenía que contar una historia, pero que era muy tarde. Hoy recibí su correo, y con su permiso aquí lo tenéis.

Gracias Del.


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Historia sin final feliz

Él y yo hablábamos sobre las cosas que tiene la vida, de lo que nos apasionan los imposibles y de lo pronto que cansan las cosas fáciles. En lo que no estuve de acuerdo es en que el final sin traumas de un amor de verano no es un final sin interés...

- A la gente no le gustan las historias sin pasión, sin sufrimiento, les gusta leer algo donde poderse sentir identificados... - decía Él.
- Yo sé una historia en la que un amor de verano se convirtió en una amistad.... - contesté.

Cuando le encontré me hallaba haciendo turismo en el canal. Me movía un interés egoísta, buscaba a alguien que me ayudara con mis merecidas vacaciones.
Él estaba allí, y no recuerdo bien quien inició la conversación pero enseguida comenzamos a sentirnos a gusto. Las pantallas se llenaban con su letra roja y grande. Muchas cosas en común, profesión, aficiones, carácter… y sobre todo las vacaciones que se acercaban.
Las llamadas y los mensajes comenzaron a ser diarios, y cada día iban a más…

¿En qué me estaba metiendo? Yo teóricamente tenía las cosas muy claras, sabía cual iba a ser mi próxima meta sentimentalmente hablando. Nunca había estado más segura de ello. Hacía pocos días que estaba inmersa en los inicios turbios de una nueva relación con la persona perfecta para mí, había estado esperando ese momento casi un año, y por fin había llegado. ¿Qué era esa intromisión en mis planes? Sin embargo, no lo podía parar… vivía en dos mundos. Uno de fin de semana y otro de 5 días laborables con Él. Y siempre la distancia por medio. ¡¡Qué lejos queda el mar de aquí!!

Durante un mes pude compaginar mis dos mundos paralelos. Mientras, mi amor de fin de semana iba creciendo poco a poco. Nunca le mentí al respecto, sabía mi situación… pero oculté muchos detalles y nunca me gustaron las verdades a medias. Mi lucha interior aumentaba, por un lado la relación perfecta fin de semana tras fin de semana y por la otra esa nueva necesidad de saber de Él, de hablar con Él y sobre todo… la curiosidad.

Las vacaciones se acercaban, y por fin llegaron. Los dos desembarcamos en la isla por nuestra cuenta. Prometimos vernos en cuanto fuera posible y no fue fácil, os lo puedo asegurar. El encuentro acabó siendo caótico y emocionante. Ese fue uno de los mejores veranos que recuerdo, y esa semana en la isla la que cambió el rumbo de mi vida. Guardo el recuerdo de las conversaciones durante los viajes largos, los mails cada mañana, las risas, la complicidad…

Un te quiero en el barco de vuelta y un gran recuerdo de Él en la isla cambiaron todo. Ese fue el comienzo de la decisión, sí, eso que cuesta tanto pero que es necesario para hacer las cosas bien. Mi amor de fin de semana se convirtió en el amor de mi vida y Él se convirtió en mi amigo, en mi cómplice de historias y en mi socio para siempre.

-Buenas noches, y descansa.
-Buenas noches, hablamos mañana.

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Me pregunto la extraña razón por la que me empeñé en mantener vivo algo que ni siquiera había nacido...

¿Era necesario forzar la situación para conseguir un mínimo de inspiración?

Lo que sentía hacia ella era un sentimiento de angustia por no tenerla, necesitaba saber de ella a cada minuto... Mi recompensa era una sensibilidad que me hacía sentirme privilegiado ante los demás por poder disfrutar de nuevo de las cosas pequeñas. Tal vez fui un poco egoista, deseaba quedarme así para siempre. Ella no quería nada más, sabía que la había perdido.

A pesar de lo ilógico que pueda parecer, decidí seguir angustiado a cambio de tener momentos de inspiración, ratos en los que casi con cualquier canción mi piel se siguiera poniendo de gallina. Desde hace mucho tiempo he admirado a quien es capaz de escribir un libro, por malo que fuese, pienso que algo así siempre tiene su mérito. Quizás más todavía cuando es malo, porque aunque mal escritor, el sujeto en cuestión resulta ser un buen persuasor...

Aproveché la oportunidad, jamás había sabido que podría escribir y ahora tenia una historia que había sacado de la nada. Y esa raíz extraña del escrito que vino de un amor de verano se convirtió en toda una trama, donde los personajes iniciales, que claramente se inspiraban en aquellos seres reales, adquirieron su propia identidad.
Y fue entonces cuando los comencé a moldear a mi antojo, de la cabeza a los pies.

Supongo que tampoco se le puede llamar libro, no tiene un par de tapas duras, ni siquiera un título. No se si este ha sido el motivo de haber alargado la existencia de un fantasma a costa de encarnarlo en una persona. Puede que lo sea y espero que esta sea la justificación.

Me imagino que ahora ya si podemos hablar de que hay otra historia con final no traumático que también interesa o al menos interesó, a pesar de los perjuicios sufridos por más de uno.

Y ahora que se agota la tinta destinada a aquel affaire, y que no ha habido renovación estival de candidatos a la segunda parte de la trilogía, solo me queda vislumbrar un invierno muy tranquilo en lo emocional, con los sentidos a medio gas empleándolos enteramente en el asunto que a día de hoy es el que me dará un mejor mañana, y este no es más que la nueva aventura en la que ya estoy metido hasta las cejas.

Me temo que este blog saldrá ya no aparecerá en parrilla en franjas de prime time, las visitas caerán en picado y puede que hasta lo quiten de la programación.Pero el presupuesto no da para más... Creo que para lo poco que había en la nevera hicimos comida para todos. Unos engordaron su ego a base de ataques de importancia, otros simplemente se preocuparon y algunos, que caían aquí despistados, también se creyeron partícipes y se sorprendían al creer que también alguna vez les sucedió algo parecido.

A quien le sobre un poquito de inspiración le estaría agradecido que se acordase de un servidor.

Gracias a todos los que habéis venido, a las más de 11.000 visitas, sobre todo gracias a los que volvieron, que fueron la mayoría.

1 comentario:

Mi dijo...

"A las personas les gustan las historias con las que se sientan identificadas".

Amo la historia.

Felicitaciones y gracias.