24 noviembre 2006

El amigo informático

"Un trabajo lleno de sentido es vital
para una vida llena de sentido."
(Lou Marinoff)


Afortunadamente se acabó hace tiempo lo de ser el amigo-sobrino-primo-cuñado o incluso conocido informático. Para averías domésticas también tengo tarifas y son CARAS, CARISIMAS.

Nunca tuve un traje de gallina, ni un amigo con una mujer enfermera que le gustase mi estilo así que tuve que poner PRECIO a las intervenciones fuera del horario laboral.

No se si serán los años pero el caso es que cada día me toca más la moral ese tipo de llamadas.



PD: ¿También soy así de friki? Yo pensaba que no lo era...

22 noviembre 2006

Templanza

Siete pecados capitales por tan solo cuatro virtudes cardinales; entre ellas una, la templanza, que en estos momentos sea, seguramente, la que más me preocupa.

Finalmente todo tuvo un final feliz, superó incluso al mejor de los esperados, solo tuve que estar en un sitio a la vez y todas las partes quedamos contentas, al menos aparentemente.

¿Buena suerte encontrada o buena suerte buscada? Con el tiempo resultará más fácil contestar a esta pregunta; de cualquier modo bienvenida seas Buena Suerte.

Hoy es otro de esos días en los que estás satisfecho con el trabajo realizado. Encima va alguien y te felicita. Espero tener muchos días con este sabor, ayudan a seguir adelante e invitan a luchar por mejorar un poquito más cada mañana.

Y como NO díria nuestro campeonísimo Fernando Alonso:

Gracias a todos los que de una u otra manera formais parte de mi vida.

15 noviembre 2006

En dos sitios al mismo tiempo

Tengo un dilema gordo...
A partir del día 20 necesito estar en dos sitios a la vez; evidementemente ésto, a día de hoy, es físicamente imposible. Por tanto me toca elegir y la elección me trae de cabeza, la tengo clara porque en uno de los sitios ya avisé para que fueran buscando a alquien a partir de ese día 20 (quien más paga por mis maravillosos servicios me lleva con él...) el caso es que me dicen que muy bien y tal y a dos días de terminar me dicen que no han encontrado a nadie, oooooooooops. Yo ya dije que sin problemas, di diez días para que buscasen a alguien y ahora me dicen que no pueden.
¿que debo hacer?
¿como salgo de esta?
¿a quien debo de decirle no?

El primer cliente (en el que estoy ahora):
A favor:
ya estaba con ellos cuando me salió otro curso
En contra:
paga tarde y mal

Con el segundo (con el que empezaría el lunes):
A favor:
Pagan mucho y pronto
Me contratan asiduamente
En contra:
No se me ocurre nada

Conclusión:
Dejar a medias un curso es una guarrada, también lo es no pagar o pagar tarde.
Dejar algo a medias por algo que te reporta más del triple en € es lícito. Ahora soy una empresa, no un samaritano. Tengo gastos que afrontar, business es business...

No me quito la mala leche de encima con este tema, mañana a negociar a dos bandas...

{y digo yo... ¿por qué cuento esto por aquí?)

14 noviembre 2006

Otra vez Madrid

"y llegué de nuevo a Madrid,
y me encontré con un plantón recien hecho que supo a decepción,
y con una ciudad que se comenzaba a vestir de navidad,
y conmigo mismo,
y con un poquito de inspiración olvidada..."




Llevo tiempo queriendo escribir algo acerca de lo que pienso de los planes; en realidad, no recuerdo si ya lo hice alguna vez.
El caso es que los planes no sirven para nada, son un mero signo distintivo de que eres un chico bueno y haces las cosas bien, en orden y a su tiempo.
En nuestra estúpida sociedad solo puedes ser bien considerado si has planificado tu vida. Cuanto más planificada tengas tu vida, más veces se dirá de tí: "este chico tiene futuro". No sé por quien tengo más pena, si por aquellos que ignoran la tremenda falacia que esto representa, si por aquellos que miran hacia otro lado o si por los que encima van y se lo creen. Ya le daré un par de vueltas a ésto, hoy no estoy en condiciones de escribir; me encuentro cansado, crispado y ni el cansancio ni la crispación son buenos compañeros a la hora de reflexionar.

Iré al grano en lo que me traía por aquí:
Hace ya un par de meses me propuse viajar a Madrid durante la segunda semana de noviembre con el propósito de visitar una feria. Las fechas estaban claras pero por cuestiones de trabajo me resultó imposible programar el viaje durante los días de hacienda. Además de ir por asuntos laborales tenía intención de visitar a unas personas, de hecho hasta que estaba a 100 metros del hotel el plan era cenar con ellas.
Planes, planes... a la M. los planes.
No me importa el no hacerlos, de hecho me va mucho mejor cuando no los hago. Nací con el don de la improvisación y el defecto de estar gafado cuando realizo la más mínima planificación.
Ejemplo práctico: puedo estar hablando cinco horas seguidas sin parar de un tema que ni siquiera domino sin que nadie sospeche que no lo preparé lo más mínimo y al mismo tiempo, sin embargo, no soy capaz de organizar con éxito una cena de tres personas con dos meses de antelación.
Tampoco es cuestión de dar más detalles, simplemente me siento decepcionado.
Gracias a Dios superé el sentido del ridículo hace tiempo...
Jamás me habían dado un plantón de 400kms y me ha sentado mal, sobre todo después de hacer un esfuerzo extra para acudir a dicho encuentro.
Pero no es en el plantón donde uno encuentra la decepción, es al tener que esperar a que suceda algo así para comprender lo equivocado que se puede llegar a estar.
Por defecto soy una persona confiada, cada cierto tiempo encuentro a alguien que me advierte de los peligros que esto puede acarrear y yo trato de rebatirle alegando que, a mí no me fue mal siendo así hasta ahora.
Que esto puede tener una lectura positiva es obvio, lo que me da rabia es no poder haberme podido demostrar que, por fin, todo podía ser normal.
Y ahora, que cada cual repose y descanse donde y como merezca.
Nada más colgar la llamada que no me resistí a hacer, abrí la ventana del hotel y comprobé lo bonita que estaba la ciudad decidí plantearme las cosas de otra manera. El arte de la improvisación hizo que finalmente tuviera un viernes noche genial. Primero me encontré conmigo mismo, volví a sacar un poquito de sensibilidad de la que había comenzado a perder y después me encontré con el resto de la humanidad. Un par de buenas cervecitas bien frescas y una conversación con alguien que está tan solo a una llamada de teléfono para acudir a pesar de estar cansado por haber trabajado mucho ese día, de ni siquiera haberle avisado de que llegaba a Madrid, alquien a quien descuido más de lo que merece porque tal vez sé que no necesito cuidarle para tenerle fueron suficientes... ¿No es normal que uno quiera compartir cosas como estas?

Como nota constructiva del post recomiendo un libro para regalar:
"Cuentos para regalar a las personas que más quiero" de Enrique Mariscal.
Cuesta 12,90€ y se acerca la navidad. Solo es una sugerencia. Para los que sea demasiado esta cantidad que tengan en cuenta que hay otros muchos regalos que el único coste que tienen es la voluntad de quererlos entregar, aquí van algunos:

1) El regalo de escuchar
2) El regalo de una sonrisa
3) El regalo de la poesía
4) El regalo de la mirada
5) El regalo de la ternura
6) El regalo de no estorbar
7) El regalo de el perdón
8) El regalo de un cuento

Desgraciadamente, nos sigue costando demasiado demostrar con sencillez el afecto que sentimos hacia los demás. Cualquiera de los regalos de la lista anterior sería un buen ejercicio para demostrar el afecto que sentimos hacia alguien: bien sea nuestra madre, nuestra pareja, nuestro hermano, amigo o simplemente aquella persona con la que, fortuitamente, mantuvimos una agradable conversación.

Afortunadamente hay gente que es consciente de la importancia de regalar afecto. El mismo fin de semana en el que yo pensé que quizás encontraría un abrazo de alguien a quien consideraba una persona especial, pude ver como auténticos desconocidos regalaban afecto un domingo cualquiera en el centro de Madrid. Gracias a estos últimos, desde ese día, más gente se regala abrazos. Apovecho esta última frase para añadir un nuevo elemento a la lista: 9) el regalo de la gratitud



Juzgad vosotros si era un abrazo sentido o no, y decidme si no encontráis a alguien más en la foto que se muere de la envidia.

08 noviembre 2006

Un día señalado

"Dichosos los que sepan mirar seriamente las cosas pequeñas y tranquilamente las cosas importantes; ellos llegarán lejos en la vida" (Tomás Moro)

Sencillamente creo que hoy ha sido un día muy importante en mi vida, tan solo escribo para poder recordar la fecha; mi memoria es demasiado caprichosa y no me puedo fiar demasiado de ella. No me quedan fuerzas ni para escribir dos líneas, ha sido una jornada agotadora.

El frío definitivamente se ha instalado entre nosotros, creo que hasta lo echaba de menos. Llueve, lo hace en toda España; dicen que la lluvia en días señalados es signo de buenos augurios, bendito sea ese dicho.

Amen.

PS:
En cuanto al texto que abre este post, anoche mantuve una conversación con alguien muy especial para mí. Le resumí un cuento que escribí acerca de la vida de una lágrima. Por un momento le pareció exagerado que un tema que a primera vista no puede dar mucho de sí pudiese ofrecer tanto. Hoy, ojeando libros en una librería cualquiera encontré en uno de ellos la frase de Tomás Moro y me acordé de anoche. Tengo debilidad por las pequeñas cosas, puede que demasiada.

03 noviembre 2006

Hacia donde vamos

Internet es revolución en todos los sentidos. Influye en nuestras relaciones a cualquier nivel: social, afectivo, laboral, etc...
Nuestra sociedad tiende a no tener amigos, sin darnos cuenta nos estamos aislando.
Las distancias desaparecen, estamos a un clic de cualquier parte del mundo y, sin embargo, nos alejamos a años luz de nuestros vecinos. La teoría de los seis grados se convierte en la de los tres hipervínculos, todo está a nuestro alcance. Los diferentes estatus sociales se aproximan y conviven dentro de las mismas comunidades. Diversificación y mestizaje cibernético, aprendizaje, intercambio cultural, mentiras, aventuras y falsedades. Nuevas identidades para los que no están contentos con la suya sin tener que conseguir un pasaporte false.
El impacto todavía es impredecible pero sin duda es digno de tenerlo en cuenta si realmente queremos saber hacia donde vamos.
Quien consiga controlar este torrente de información desordenada, capaz de arrastrar y desorientar a cualquiera, se convertirá en amo y señor de este mundo en los años venideros.
Quien sufra una crisis de identidad y trate de remediarlo por aquí, quien crea que todo está en la red, quien descuide el aprendizaje a través de la observación y la mayéutica, ese quedará atrapado para siempre.

Yo elegí

Yo elegí llevar esta vida para, entre otras cosas, no tener horarios. Y la verdad que lo conseguí, no los tengo, pero raro es el día en que consigo desconectar de todo en algún momento, que no pienso en nada referente al trabajo durante el fin de semana o que descanso tranquilamente por las noches.
Me acuesto tardísimo tratando de estar informado y documentado, ajustando un presupuesto o preparando una clase.
Espero aprender a llevarlo mejor, a separar trabajo de vida personal...
De cualquier forma estoy profundamente satisfecho por haber sido capaz de dar este paso.

¿Será esta la mejor forma de tener la mente ocupada para no poder pensar en aquello que me cuesta tanto mantener alejado de mi conciencia?
A descansar...