211 páginas

211 páginas llenas de mentiras y verdades, de mares de estrellas y tesoros escondidos,
de ilusiones náufragas y reencuentros imprevistos, de sueños que nacen y nunca mueren, de sonrisas dulces y lágrimas amargas, de personajes que reflejan cualquier alma, de amores imposibles, del erotismo compañero de la soledad enmarcado en paraisos terrenales en los que, por más que la imaginé, jamás la encontré.

211 páginas con un desesperado comienzo, un inesperado desarrollo y un ilusionante final.

211 páginas escritas en un intento por olvidar a base de recordar y, por qué no, también de inventar, inventar personajes con ojos de mil colores, paisajes que cualquiera querría contemplar y palabras que todos desearíamos oir saliendo de la boca soñada.

211 páginas que hoy descansan con la esperanza de ser alguna vez leídas y la convicción de que serán olvidadas como el color de ojos de sus personajes, como el olor a tierra mojada de sus paisajes, como las palabras que jamás pronunció aquella boca...