22 junio 2006

Teoría de los seis grados

Cierra los ojos. Ahora piensa en alguien, por inalcanzable que parezca. Posiblemente esté a tan solo seis grados de tí.
Esta teoría la pusieron de moda hace medio siglo unos científicos americanos cuando plantearon el problema "Dado un grupo de N personas, ¿cuál es la probabilidad de que cada miembro M1, M2, ... , Mn esté conectádo entre sí vía E1, E2, ... , En enlaces?". El reto era planteado y la polémica servida.

Década y media después, este problema fue replanteado con un enfoque más sociológico y otro estadounidense propuso el experimento "small world" pretendiendo con él, demostrar esta teoría de una forma mucho más pragmática. Esta demostración consistía en el envío de un mensaje postal a una persona desconocida de la que solo se facilitaba su nombre y localización aproximada (una ciudad situada en la otra costa). Las personas encargadas de enviar los mensajes, en su mayoría creían que serían necesarios varios cientos de intermediarios para que llegase a su destino. Sorprendentemente, el promedio se situaba entre cinco y siete.

Este fenómeno ha sido conocido popularmente en nuestro querido país como la teoría de "el mundo es un pañuelo" sufrida en alguna ocasión por cada uno de nosotros. Una derivación de esta curiosa ley es la de "la vida da muchas vueltas", axioma empleado por algunos en diversas situaciones.

Computacionalmente, esta teoría da mucho juego y un humilde servidor, allá a finales de los noventa del pasado milenio, tuvo la idea de proponer a un profesor desarrollar un experimento que consistía en una aproximación heurística que simulase esa teoría social a cambio de sacrificar el examen de la asignatura "Técnicas de inteligencia artificial", TIA para los amigos.

El experimento era totalmente parametrizable, población, número de comunidades, número de enlaces por nodo...
Las conclusiones me parecen interesantes:

"Todos nos conocemos en el pueblo" --> que gran verdad y que obvio parece después de ver los resultados.

El problema es cuando nos vamos a una ciudad más grande --> entonces conozco a los del barrio, pero seguro que tienes a un amigo viviendo en la otra punta de la ciudad o a un primo que tienen un vecino que conoce a la dependienta de la panadería. casi Casi podríamos decir que seguimos conociéndonos todos...

"Conforme nos alejamos los grados de separación aumentan, pero NO SIEMPRE" --> esa es la clave, encontrar la excepción, ¿Cómo? --> aumentando tu red de contactos.

Si tú solo conoces dos personas, cada una de ellas a otras dos y así sucesivamente, puede que necesites dar quince "saltos" para encontrar a alguien en una población de treinta mil individuos.

Si conoces a, pongamos, ciento setenta y cinco y, cada uno de éstos a otros tantos, sólo necesitarás dar dos de esos saltos.

Conclusión más gorda que la anterior --> "Teje tu red de contactos y tendrás el mundo en la palma de tu mano".

Aquí es donde cada maestrillo saca su librillo y las conclusiones que mejor le vayan con sus asuntillos.

Si nos planteamos esto en plan competición la táctica podría ser la siguiente: Aumentemos la base (contactos que tenemos) buscando que el exponente ("saltos") sea menor para así llegar antes a nuestro objetivo (pensemos a lo grande, totalidad de la población mundial, exceptuando los fugitivos de la ley, terroristas escondidos y algun que otro elemento más).

Si queremos ganar este concurso, debemos plantearnos cuales son los "contactos estrella". Por un lado los que, a su vez, más contactos tienen. Por otro, los que dan un salto y nos permiten entrar en otra "comunidad" que parece que nos queda alejada (en kilómetros o en estatus social).

Como para mí la vida es más un juego que un concurso cambio esta táctica por una estrategia global: "hagas los que hagas, hazlo con amor". El factor amor, de momento no se sabe modelar computacionalmente. Esto es una suerte porque así todos jugamos en las mismas condiciones al juego de la vida que toda una vida dura. Quien más quiera amar, que más ame...

De ahí en adelante, que cada uno saque sus conclusiones que seguramente serán miles y al mismo tiempo sólo una.

Jueves, 5:23 AM.



Caprichitos del destino = El mundo es un pañuelo + la vida da muchas vueltas + Miguel y Lucía + ...

21 junio 2006

Cita a ciegas (II)

Villa Lutèce Port Royal
52 rue Jenner
75013 Paris

Del 30 de junio a 2 de julio me podrás encontrar allí, dejaré un mensaje para tí en recepción.
Si decides venir tienes garantizado buen champagne durante toda la velada.

Disculpa las formas, creo que estoy loca pero me atrajo demasiado la idea cuando rondó mi cabeza, ya he dejado de hacer muchas cosas en mi vida por no arriesgar.


¿Un juego?, ¿una locura?, ¿una broma?

Seguir jugando solo costaba 32,65€ si decidía continuar con aquello el mismo día que leía este mensaje. Era asumible...

12 junio 2006

Miguel, Lucía y los caprichos del destino (III)

La historia continuaba así...

Un hombre que no mediría más de uno sesenta, de tez morena, pelo negro azabache y nariz chata esperaba a Miguel con un cartel en el que una poco cuidada caligrafía dejaba leer: "Señor Miguel Alcaras. España".
Durante el camino hacia Tikal, Miguel pensaba en que lo había llevado hasta allá, apenas atendía a aquel hombre que no paraba de contarle mil anécdotas de su pueblo y de los demás voluntarios que habían ido en los últimos años.

Mientas tanto Lucía vivía su "luna de miel". Quizás fue en este tiempo cuando realmente empezaban a conocerse y Lucía comenzaba a sospechar que puede que hubiera cometido un error casándose de forma tan precipitada, pero de lo que estaba segura era de que amaba a aquel niño que en unos meses daría a luz. Las discusiones se sucedían a diario, Lucía se sorprendía al pensar como pudo tener esa especie de flechazo que ahora claramente había dejado de existir. En muy poco tiempo estba inmersa en una vida que no era la que quería vivir.

Los tres primeros días fueron de toma de contacto con el resto del grupo, en estas jornadas se trataba de conocer a cada voluntario a fondo para poder asignarle la tarea que mejor se ajustase a su persona. Miguel sería encargado de educar a niños de prácticamente todas las edades, enseñándoles a leer y a realizar trabajos manuales.

La vida como pareja de Lucía era un auténtico desastre, la impasibilidad y la indiferencia de Pablo la preocupaban profundamente, pronto ella tendría que dejar de trabajar debido a su avanzado estado de gestación y él seguía pensando que algún día le llovería una oferta de trabajo millonaria a la que esperaba pacientemente tumbado en el sofá. La situación se volvía insostenible.

Al mismo tiempo, muy lejos de allí, las miradas de los niños, sus abrazos y sus sonrisas eran la mejor recompensa que podía tener Miguel por su trabajo, cada día se sentía más cómodo allí. Poco a poco olvidaba su vida anterior, la idea de volver a Madrid se iba desvaneciendo. Solo echaba de menos a su hermana a la que llamaba de vez en cuando y a Lucía, de la que nada más sabía. Sin embargo, su díario se lo dedicaba a ella, y a ella se dirigía cada día contando sus nuevas vivencias. Cuando todo su pasado estaba tan lejos, escribir ésto era de una gran ayuda para él. En alguna ocasión intentó dejar de escribir como si ella lo estuviese leyendo, no le encontraba ningún sentido a hacer ésto, pero al mismo tiempo sentía que no hacía daño a nadie salvo, quizás, a si mismo.

Una mañana cuando Lucía regresaba a casa, encontró una nota:
"Lucía, lo siento, la situación me desborda. Todo ha sucedido muy rápido. No quiero seguir con esto. He conocido a alguien, jamás será como tú pero necesito salir de alguna forma. Sé que no soy valiente y ojalá puedas perdonarme. Espero que tengas mucha suerte. De verdad, lo siento. Pablo"
No podía creerlo, Lucía se quedó sentada en la cama con la mirada perdida durante más de una hora. Pasado ese tiempo, cerró los ojos y sonrió. Efectivamente todo había sucedido muy rápido, había tomado una decisión equivocada simplemente por contentar a los suyos. Acaba de perder a lo que para ella solo estaba siendo un lastre. Solo podía pensar en su hijo...
(debe continuar...)

08 junio 2006

Ítaca

Para los que creen que la asunción de la propia mediocridad es el primer paso que abre el camino hacia la, siempre firme en el horizonte, prosperidad enriquecedora.

Para ellos y para los que decidieron partir en su búsqueda algún día con billete de solo ida, ahí les va una humilde traducción de un poema de Constantin Cavafis que trato de mantener a mano para combatir la posible llegada de nuevas turbulencias en mi vuelo personal.

Cuando inicies tu viaje a Ítaca,
ruega que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de conocimiento.
No temas a los Lestrigones
a los Cíclopes y al furioso Poseidón.
Jamás encontrarás tales cosas en tu camino,
si tus pensamientos se mantienen elevados, si una bella
emoción toca tu cuerpo y tu espíritu.
Jamás encontrarás a los Lestrigones,
a los Cíclopes y al fiero Poseidón,
si no los llevas contigo dentro de tu alma,
si tu alma no los alza frente a ti.

Ruega entonces que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano,
en las que entres a puertos por primera vez vistos
¡con qué placer, con qué alegría!
Detente en los mercados fenicios,
y compra mercadería fina,
nácar y corales, ámbar y ébano,
y perfumes agradables de toda especie,
compra tantos perfumes agradables como puedas;
visita una multitud de ciudades egipcias,
para aprender y aprender de aquellos que tienen conocimiento.

Mantén siempre Ítaca fija en tu mente.
Llegar allí es tu meta última.
Pero no apresures el viaje para nada.
Es mejor dejarlo durar por largos años;
e incluso anclar junto a la isla cuando ya estés viejo,
rico con todo lo que has ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te dé riquezas.

Ítaca te ha dado el hermoso viaje.
Sin ella jamás habrías emprendido el camino.
Pero no tiene nada más que darte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te habrá defraudado.
Con la gran sabiduría que habrás ganado, con tanta experiencia,
ya habrás entendido para entonces lo que las Ítacas significan.

03 junio 2006

Tírame un beso


¿Cómo recuperar esa sensibilidad por la belleza?
creí tener un as debajo de la manga
pero lo tuyo no fue del verano una ganga
ahora sólo me queda algo de calor y destellos de tristeza

tus ojos claros por unos días fueron mi faro
a toda hora marcaban mi rumbo con descaro
negra era la ropa que tímidamente cubría tus piernas
tus caderas al caminar causa de mi hipnosis eterna

como no voy hoy a sufrir
si se que jamás encontraré
otra chica igual que tanto me haga sentir
a tí te soñaré, por tí suspiraré

por tus besos dulces sabor a miel
por tus besos frescos con aroma a melocotón
por tus besos con pasión como tu mirada de ciencia ficción
por tus besos rojos reflejo de cualquier clavel

anda se buena y tírame por fin ese beso
por insistir y seguir siendo preso
a pesar de todo lo que tenga de inmoral
del encierro insular en pleno período estival

y que se lleve el viento el arrepentimiento
de la única cosa que hoy lamento
el haber dudado y no haber aceptado
con los ojos cerrados aquel beso regalado