15 enero 2007

Tesla

El grosor de la línea que separa la autoestima del egoísmo solo lo determina la humildad.

Sigo trabajando en ello cada día, tratando de evitar de caer en la obsesión.

Dicen o decían que las obsesiones se inventaron para los jóvenes, me quedé con esa idea en la película de turno de un domingo tarde de invierno ("El truco final"), que es una de esas películas que dan pie a una conversación de lo más interesante (también depende que con quien tengas la oportunidad de iniciarla).


La diferencia entre las dos últimas películas que he visto "deja vu" y "el truco final" es que la primera es muy mala y la segunda tiene cosas muy buenas.

Ambas tienen un componente de ciencia ficción, y me parece estupendo.

Lo que me parece horrible es que, a veces, cuando se usa la ficción los guionistas o escritores se inventen unas teorías para explicar cosas que no hay por donde cogerlas ("Deja Vu").

Me parece mucho más acertado insinuar que un personaje que se haga referencia a alguien que realmente existió, Nikola Tesla, caracterizado por un irreconocible David Bowie, y a partir de ahí dar rienda suelta a la invención sin entrar en detalles técnicos que solo sirven para intentar justificar lo injustificable.

El 95% de la sala se quedará atónita con la maquinita que sacan en Deja Vu, yo soy del 5% que no soporta el ruidito que el artefacto cuando un agene de nosequé agencia de inteligencia lo maneja.

Repito, me parece estupendo que inventen, pero que den una explicación tan nefasta me hace pensar si es que se piensan que los que estamos sentados enfrente de la pantalla somos idiotas.

A buena caracterización me refiero a esto:
http://es.wikipedia.org/wiki/Nikola_Tesla

Realmente Tesla mantuvo una constante rivalidad con Edison, y realmente estuvo en Colorado Springs, donde se daban las condiciones de altitud necesarias para poder demostrar su teoría aunque nunca quedó claro en sus notas hasta donde llegó en sus investigaciones.

Dos formas diferentes de entretener, para los gustos se inventaron los colores.

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