22 diciembre 2006

20297

El veinte de febrero de 1997 hacía frío, mucho frío.

Recuerdo que llevaba la pierna derecha escayolada y sudé la gota gorda para llegar desde mi casa al aulario II, unos 3 kms con muletas eran muchos kilómetros. Tenía el examen de TDS, Tratamiento Digital de la Señal. Recuerdo la fecha porque conservo el enunciado de la prueba y en el encabezado viene la fecha.

¿Y que tiene que ver con esto? Pues no gran cosa, pero cuando terminé tuve que esperar una hora a que vinieran por mi solo en el aula y comencé a escribir. Estaba feliz. Después de terminar un examen uno siempre está de alguna forma contento porque, independientemente del resultado, se quita un peso de encima. Si además le va bien, entonces hasta puede llegar a sonreir irremediablemente. Fue una de las primeras veces que me paré a escribir, tampoco podía hacer mucho más, en aquel entonces no habían juguetitos tipo ipod, pdas, portátiles con wifi, etc.. Ni siquiera tenía móvil y allí estaba esperando que viniesen por mí.
Aquel escrito está guardado, en una caja de folios junto a los apuntes de la asignatura. Hablaba sobre donde me veía diez años despúes, o lo que es lo mismo, más o menos por estas fechas.
Esa carta fue olvidada hasta hoy, día del sorteo de navidad, día en el que un número de cinco cifras es protagonista total de la escena. Por supuesto que no tengo ninguna participación de ese número, nunca la tengo. Como no me fijé antes en un número tan bonito!!
Enhorabuena a los premiados...

Por supuesto que no acerté en nada cuando escribí aquella carta. 10 años parecía un tiempo muy lejano. Pero nada más lejos de la realidad...
22126, ¿por qué no volver a jugar a ser adivino?

Que el maquillaje no apague tu risa
que el equipaje no lastre tus alas
que el calendario no venga con prisas
que el diccionario detenga las balas

que las persianas corrijan la aurora
que gane el quiero la guerra del puedo
que los que esperan no cuenten las horas
que los que matan se mueran de miedo

que el fin del mundo te pille bailando
que el escenario te tiña las canas
que nunca sepas ni como ni cuando
ni ciento volando, ni ayer ni mañana

que el corazón no se pase de moda
que los otoños te doren la piel
que cada noche sea noche de boda
que no se ponga la luna miel

que las verdades no tengan complejos
que las mentiras parezcan mentiras
que no te den la razón los espejos
que te aproveche mirar lo que miras

que no se ocupe de ti el desamparo
que cada cena sea tu ultima cena
que ser valiente no salga tan caro
que ser cobarde no valga la pena

que no te compren por menos de nada
que no te vendan amor sin espinas
que no te duerman con cuentos de hadas
que no te cierren el bar de la esquina

que el corazón no se pase de moda
que los otoños te doren la piel
que cada noche sea noche de boda
que no se ponga la luna de miel

Joaquín Sabina

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