23 marzo 2006

El día de las dos treguas

Y en la noche del día que se anuncio la esperada tregua para la paz, llegó la tregua para la amistad.
Todo es circunstancial, lo importante es saber acondicionar nuestras vidas para que estas circunstancias sean favorables. La opción fácil consiste en confiar en el azar pero no suele funcionar.
Al menos me he dado cuenta que puedo hablar de un tema que nos trajo a más de uno de cabeza por un tiempo, y lo he hecho todo lo que he podido y un poco más, quizás hasta me haya pasado un poquito pero bueno, la terapia de choque creo que ha sido positiva y prefiero parecer un poco pesado a dejar alguna duda en mi últimamente perezosa imaginación.
Las aguas vuelven a su cauce y ya no quedan preguntas en el aire. Que me hubiera gustado resolver esto de otra forma es evidente, pero el fin una vez más justifica los medios.
Y la más positiva de todas las conclusiones es que me alegro que después de todo, por complicado que haya sido hacer de ésto una amistad más, por más puntos que haya podido ir acumumlando para que esto sucediese. Entre agosto y noviembre pasó una eternidad, entre noviembre y marzo tan solo media y de ahora en adelante creo que los días volverán a tener su duración normal.
Y que se vayan a dormir de nuevo mis sentidos es lo que probablemente mejor me venga ahora que viene la época de cambios que hace no tanto desee y que al fin he conseguido.
Lo que no puedo evitar es ser tan sensible a la belleza, por mucho que cierre los ojos, por más que me tape los oidos. Afortunadamente ésta se encuentra en todos lados, solo hay que prestar un poquito de atención y estar escuchando la canción adecuada. Cuando lo he necesitado, este truco me ha funcionado. En cada esquina, en cada semáforo, detrás de cualquier barra, en la biblioteca, en clase, en el trabajo. Obsérvala pero no la mires, escribe tu guión pero no la hagas partícipe. Poco arriesgado pero efectivo, de vez en cuando un empate sabe a victoria y es suficiente para logar un objetivo.
Me quedo sin batería... A intentar dormir (maldito cortado sin descafeinar).

No hay comentarios: